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Raymond Loewy
Raymond Loewy
EL TOQUE FRANCÉS
Diseñador ecléctico destacado entre los de mayor fama, Raymond Loewy se fijó en el Lancia Flaminia para crear en 1960 una interpretación muy personal llamada Loraymo Coupé.
El Maestro delante de un boceto que evoca la calandra frontal "reactor" que aparecería en la gama Studebaker de 1950. Fue un movimiento atrevido. © IXO Collections SAS - Tous droits réservés. Crédits photo © Courtoisie RL studio
Con su talento, la fuerza de su personalidad, su energía, su estilo, su genio para darse a conocer y conseguir el reconocimiento de su profesión, así como su capacidad para dejar huella en sectores muy diferentes, Raymond Loewy dominó la profesión que había contribuido a crear, la de diseñador industrial. Más que nadie, convenció a las empresas de la importancia del diseño, y su aerodinámico estilo Streamline aplicado a miles de bienes de consumo y envases, cambiaría radicalmente el aspecto de la vida americana en el siglo XX.
Raymond Loewy y su esposa Viola May posan orgullosos delante de la última creación del diseñador, el Lancia Loraymo de 1960, que sería su coche personal durante muchos años. © IXO Collections SAS - Tous droits réservés. Crédits photo © Courtoisie RL studio
LA MODA PARA EMPEZAR
Antes de convertirse en uno de los pioneros del diseño industrial estadounidense y en uno de los creadores del moderno Streamline, más conocido como estilo trasatlántico, Raymond Loewy había desarrollado un amplio abanico de actividades. Raymond Fernand Loewy nació el 5 de noviembre de 1893 en el distrito 2 de París. En 1910, asistió a la École Duvignau de Lanneau, con la intención de convertirse en ingeniero, pero la Gran Guerra interfirió en sus planes.
Sirvió en el Cuerpo de Ingenieros Militares, destinado en la Fuerza Expedicionaria Americana. Dado de baja del ejército en 1919 con el grado de Capitán, cruzó el Atlántico para reunirse con su hermano mayor Maximilien en Nueva York. Comenzó entonces una carrera como ilustrador en el grupo de prensa Condé Nast, que publicaba revistas de moda tan conocidas como Vogue, Vanity Fair y Harper's Bazaar.
Su primer proyecto de diseño industrial fue para Gestetner, un fabricante de máquinas duplicadoras. Las cosas se precipitaron y en 1929 fundó su primera agencia, Raymond Loewy, William Snaith, Inc, en Nueva York, que se convirtiría en Raymond Loewy and Associates en 1944. En los años siguientes, dejó su impronta con llamativos diseños para Hupp Motor Company (su primer contacto con la industria del automóvil) en 1930, Sears Roebuck con el frigorífico Coldspot en 1934 y los Ferrocarriles de Pensilvania, para los que diseñó la impresionante locomotora eléctrica GG-1 en 1936.
Raymond Loewy aparece en la portada de la revista Time el 31 de octubre de 1949, ilustrado por Boris Artzybasheff, con el titular "Él estiliza la curva de ventas".© IXO Collections SAS - Tous droits réservés. Crédits photo © Times / D.R.
UN DISEÑADOR DE FORMAS
Sería largo y tedioso hacer una lista exhaustiva de todas las creaciones de Loewy, ya que son muy numerosas y abarcan ámbitos muy diferentes.
A él debemos los mundialmente famosos diseños gráficos de Coca Cola, Lucky Strike, Shell, Lu, New Man y United Airlines. También diseñó muchos objetos cotidianos, símbolos del "American Way of Life": muebles, vajillas, electrodomésticos, etc. No dejó de lado la industria del automóvil, con líneas innovadoras para Studebaker, como el Starlight (1947), el Starliner (1953) y el Avanti (1962), así como los autobuses Greyhound (1954). También diseñó el exterior del Boeing 707 Air Force One del presidente John Kennedy en 1962. En 1972, la revista LIFE le nombró uno de los estadounidenses más influyentes del siglo XX. En 1980 regresaba a Francia, donde fallecía el 14 de julio de 1986.
Restaurado en los años 90 por el Museo Lancia de Turín, este ejemplar único del Loraymo se expone regularmente en salones de automóviles clásicos como Rétromobile. © IXO Collections SAS - Tous droits réservés. Crédits photo © Archives & Collections D.R.
EL LORAYMO
En el 47º Salón del Automóvil de París, a principios de octubre de 1960, Raymond Loewy presentó su interpretación del coupé Flaminia. La carrocería fue diseñada por Rocco Motto, un especialista en aluminio de Turín al que Loewy quería impulsar y en cuyo stand se expuso el coche.
Siendo su único diseño para un modelo Lancia, supuso, no obstante, un golpe maestro, a pesar de que el diseño no fuese unánimemente apreciado en su momento. Este modelo único se llamaba Loraymo, acrónimo del nombre y apellido del diseñador (LOewy RAYMOnd), que también era la dirección telegráfica de su estudio de diseño en Nueva York. El Loraymo se basaba en el chasis del Flaminia y montaba el motor V6 de 2,5 litros Tipo 823.00, cuya potencia aumentaba de 119 CV a casi 150 CV tras ser modificado por Nardi.
El Loraymo fue delineado con amplias curvas inspiradas en la botella de Coca-Cola que Raymond Loewy había contribuido a modernizar en su día. Esta forma, que se hizo muy popular en los automóviles americanos a partir de mediados de los años 60, es una firma distintiva del estudio Loewy y todavía algo inusual en el momento de la presentación el Loraymo. Desde el principio, Raymond Loewy había creado este Lancia único como su coche personal, que utilizaría durante muchos años, primero en Europa y más tarde en Estados Unidos. Más adelante sería vendido, perdiéndosele la pista hasta que fue encontrado a finales de los años 80 por el Lancia Club of America. El Loraymo fue entonces donado al Museo Lancia de Turín, y desde entonces ha sido perfectamente restaurado.
Raymond Loewy y Sherwood Egbert, presidente de Studebaker, con el Avanti coupé de 1962, un modelo que representaba el "ideal" automovilístico que buscaba el diseñador. © IXO Collections SAS - Tous droits réservés. Crédits photo © Studebaker
Una visión particular del mundo
Raymond Loewy tenía sus ideas y opiniones sobre todo lo que le rodeaba. Empezando por el automóvil, que en su opinión "debe parecer rápido y, aunque esté parado, dar a entender con sus líneas que avanza". En general, decía que "la fealdad no se vende bien", que fue su lema comercial durante toda su carrera y el título de sus memorias publicadas en francés por Gallimard en 1953.
Pero, sobre todo, le debemos su visión vanguardista del diseño, resumida en cuatro letras: MAYA, por Most Advanced Yet Acceptable (lo más avanzado pero aceptable). Su principio era aprender a diseñar para el futuro y, al mismo tiempo, equilibrarlo con el nivel actual de conocimientos y mentalidad de los usuarios. Lo conseguiría a la perfección con la modernización de la botella de Coca-Cola, la creación del logotipo de la petrolera Shell y el de la marca de prêt-à-porter New Man, todos ellos completamente atemporales.
HOMENAJE A RAYMOND LOEWY
Tras la muerte de Raymond Loewy, los medios de comunicación internacionales celebraron unánimemente su talento y sus inconmensurables aportaciones al diseño industrial. La periodista del New York Times Susan Heller Anderson lo expresó con elocuencia: "Es casi imposible abrir una cerveza o un refresco, prepararse el desayuno, subir a un avión, enviar una carta por correo o ir de compras sin encontrarse con una de las creaciones de Loewy. Como se ha demostrado en numerosas ocasiones, los conceptos gráficos de Loewy siguen siendo relevantes mucho después de su creación, por lo que se le recuerda con razón como el padre del diseño industrial.