Aumento de la potencia

En los primeros esbozos del 901/911, se decidió que la cilindrada del motor no superaría los 2.000 cm3 para mantenerla cercana a la del 356, pero al mismo tiempo para ofrecer un vehículo a un precio asequible. A lo largo de sus diversas evoluciones, el motor plano de 6 cilindros con cigüeñal de ocho cojinetes demostró ser notablemente sólido. El bloque era de magnesio, las culatas de aluminio y los cilindros estaban tratados con Biral. Al igual que en los motores fabricados anteriormente por Porsche, la refrigeración se realizaba por aire mediante una turbina axial. Para completar el sistema, cada cilindro contaba con su propia culata equipada con aletas de refrigeración. La arquitectura de este motor le permitiría soportar varios aumentos de cilindrada con facilidad gracias a una modificación del diámetro interior. En 1969 se introdujo un motor de 2,2 litros y 180 CV, seguido de un motor de 2,4 litros y 190 CV en 1971 e incluso un motor de 2,7 litros y 175 CV en 1974. Además, a partir de 1969, el 911 S estaba equipado con inyección indirecta mecánica Bosch. La transmisión también iba a evolucionar, con la posibilidad de adoptar una caja automática "Sportomatic" opcional a partir de 1968.