UN AÑO PARA LA REVANCHA

Dado el dominio casi absoluto del coche y del equipo, que terminó el WEC con 107 puntos ( prácticamente el doble del total obtenido por el equipo Lancia Martini), lo único que se lamentaba de la temporada era la falta de éxito en Le Mans. Triunfar en el circuito de la Sarthe era, por tanto, el objetivo principal de la siguiente temporada, que, desde el principio, parecía repetir el escenario de 1985. El campeonato, ahora rebautizado como Campeonato Mundial de Sport-Prototipos, comenzó en Monza con la victoria de Stuck y Bell, tras una batalla épica con el Lancia LC2 Martini de Andrea De Cesaris y Alessandro Nannini. Sin embargo, en el segundo acto se alzó con la victoria el emergente equipo Silk Cut con el Jaguar XJR-6 pilotado por Eddie Cheever y Derek Warwick, que consiguieron aventajar en dos vueltas a los vigentes campeones. El tercer encuentro tuvo lugar en las 24 Horas de Le Mans. Para la ocasión, la escudería Rothmans inscribió nada menos que tres 962 C y el equipo líder, formado todavía por Stuck y Bell, se vio reforzado por el estadounidense Al Holbert, que ya iba camino de conquistar el segundo Campeonato IMSA GT consecutivo con el 962 'GTP'.

[EN LE MANS EN 1986 PORSCHE MONOPOLIZÓ LOS 7 PRIMEROS PUESTOS CON CUATRO COCHES].

Porsche controló casi por completo la carrera, para bien o para mal. Un 962C se vio implicado en el accidente mortal de la mañana del 2 de junio, en el que falleció Jo Gartner, el piloto austriaco de la escudería Kremer, que decidió retirar a su segundo equipo durante la carrera. En la clasificación general, las máquinas de Stuttgart ocuparon los siete primeros puestos con seis coches del Grupo C (962 C, 956 y 936) seguidos por el meteórico 961. Bell, Stuck y Holbert se adjudicaron cómodamente esta esperada victoria por delante de otro 962 C, el del equipo suizo Brun, que se proclamaría campeón al final de la temporada (el título de pilotos fue de nuevo para Derek Bell). Bell, Stuck y Holbert repitieron su éxito en Le Mans en 1987, una temporada que, sin embargo, marcó el declive de los equipos Porsche, obligados a ceder ante la presión de Jaguar, Peugeot y Sauber-Mercedes. El 962 C siguió compitiendo hasta principios de los años 90, cuando se suprimió definitivamente el Grupo C.