Lancia Aurelia

En 1948, el ingeniero Gianni Lancia, tras hacerse cargo de la marca fundada en 1906 por su padre Vincenzo, decidió sustituir el modelo Aprilia que había hecho triunfar al fabricante turinés desde 1937. El nuevo Aurelia, lanzado en 1950, se convirtió en uno de los coches pioneros de la historia del automóvil, adoptando una serie de técnicas vanguardistas como un motor V6 de serie, un eje transversal y frenos traseros unidos al diferencial.

El año 1950 marcó un punto de inflexión en la historia de muchos fabricantes europeos, que introdujeron modelos diseñados íntegramente después de la guerra. El Aurelia, que se presentó en el Salón del Automóvil de Turín a principios de mayo de ese año, formaba parte de este grupo de automóviles de nueva generación. Este modelo fue sin duda uno de los más innovadores de la historia de Lancia, al tiempo que conservaba los principios tradicionales de la marca, que pueden resumirse como elegancia con un giro moderno...

ELEGANTE Y MODERNO 

Desde el principio, al igual que Citroën en Francia, Lancia tuvo la reputación de ser un fabricante con una visión innovadora. La Aprilia de 1937, obra maestra póstuma de Vincenzo Lancia, es un excelente ejemplo de ello. Cuando, en 1948, Gianni Lancia, Director General de la firma turinesa, decidió sustituir la Aprilia por el Aurelia, se adoptaron muchas de las soluciones técnicas de su predecesor, como las cuatro ruedas independientes. El equipo técnico encargado de diseñar el Aurelia estaba dirigido por Giuseppe Vaccarino. Le rodeaban dos de los ingenieros más creativos de su época, Vittorio Jano y Francesco De Virgilio. El Aurelia debía ser espacioso pero compacto y, al igual que sus predecesores, debía tener un comportamiento en carretera impecable. Siguiendo la senda técnica iniciada por Lancia antes de la guerra, adopta la carrocería monocasco, pero innova con una suspensión de brazos arrastrados y muelles helicoidales que el fabricante acababa de patentar. Vittorio Jano también quiso optimizar el reparto de pesos e instaló la caja de cambios en la parte trasera, fijada al eje.

EL PRIMER V6 DE SERIE 

La génesis del motor del Aurelia se remonta a 1943, cuando De Virgilio trabajaba en un V8 experimental de 2 litros para Aprilia. Sin embargo, era demasiado grande para caber bajo el capó de este coche, y el genial ingeniero ideó un V6 de 1.569 cm3 abierto a 45°, bautizado con el nombre en clave 538, que se probó con éxito. Cuando se construyó su heredero, el ángulo de este V6 se aumentó a 60° para mejorar el equilibrio. El resultado fue el motor B10, el primer V6 fabricado en serie. Esta unidad, con una cilindrada de 1.754 cm3 (diámetro: 70 mm x carrera: 76 mm), producía 56 CV a 4.000 rpm. Construido en aluminio con camisas de hierro fundido, se instaló en la berlina Aurelia B10, presentada en el Salón del Automóvil de Turín en mayo de 1950. Al año siguiente se lanza el coupé B20 GT con un V6 de 1.991 cm3, mientras que la gama se completa con una versión B24 Spider a partir de 1957, equipada con el motor V6 de 2.451 cm3 adoptado por el GT desde 1953. Fiel a su política habitual, Lancia mejoraría progresiva y regularmente este modelo de diseño avanzado. Entre 1950 y 1958 se fabricaron un total de 17.336 unidades del Lancia Aurelia, de las cuales 371 GT Coupé y 760 Spider.

EL PALMARÉS DE UN CAMPEÓN 

El Lancia Aurelia ha obtenido innumerables victorias en rallyes y circuitos. Su primer éxito llegó con Alberto Ascari y Luigi Villoresi en el Rally de Sestriere de 1951. Ese año, el Aurelia también ganó la Copa Dolomitas (E. Anselmi) y las 6 Horas de Pescara (G. Bracco), mientras que Bracco y Maglioli terminaron 2º en las prestigiosas Mil Millas. Estos excelentes resultados animaron a Gianni Lancia a crear un departamento de carreras con la asistencia técnica de los ingenieros Jano y De Virgillio. El emblema de este "Equipo Lancia" era un elefante rojo galopante diseñado por el piloto Enrico Anselmi. La temporada de 1952 se abrió con otra victoria en el Rally de Sestriere (Valenzano), seguida de la victoria de Felice Bonetto en la Targa Florio. En las 24 Horas de Le Mans de 1952, el Aurelia obtiene un meritorio 6º puesto en la clasificación general (Valenzano-Castiglioni). A finales de año, Maglioli y Bornigia terminan cuartos en la dura Carrera Panamericana de México. Otras victorias importantes en los años siguientes fueron el Rallye Lieja-Roma-Lieja en 1953 (Claes-Trasenster) y el Rallye de Monte-Carlo en 1954 (Chiron-Basadonna) y el Rallye de Sestrières de nuevo en 1954 y 1955. Mucho después del cese de la producción, el Aurelia siguió ganando carreras con pilotos privados. Luigi Villoresi y su copiloto Ciro Basadonna lograron uno de los últimos éxitos en el Rally Acrópolis de 1958.