Lancia Gamma

La falta de afecto por este modelo, que debía relanzar a Lancia en la categoría de las berlinas de lujo como sucesor del Flaminia, se explica por la difícil situación en que se encontraba el fabricante en aquel momento. Cuando el Grupo Fiat se hizo cargo de Lancia en octubre de 1969, se hizo evidente que el anterior propietario de la marca, Carlo Pesenti, había dejado la empresa con un balance financiero debilitado y un catálogo de nuevos proyectos prácticamente inexistente. Gianni Agnelli declaraba que no se habían previsto nuevos proyectos.

Cuando a finales de 1969, Sergio Camuffo fue nombrado por Fiat nuevo jefe de desarrollo, la gama Lancia se basaba en tres modelos ligeramente anticuados: el Flaminia (1957), el Flavia (1960) y el Fulvia (1963). El equipo de Camuffo comenzaba apostando por una última evolución de la berlina Fulvia 2000 y del coupé Flavia 2000, y promoviendo al mismo tiempo el diseño de un modelo completamente nuevo, todo ello en un tiempo récord y con un presupuesto muy reducido. Así nacía en 1972 la primera generación del Beta, una berlina de dos volúmenes de gama media propulsada por la motorización del Fiat 132.

NACIDO EN PLENA TEMPESTAD 

Al mismo tiempo, Lancia quería renovar su gama alta, dominada por el Flaminia. En aquel momento, lo único que se movía por la oficina de diseño de Lancia era un tímido proyecto 830, que acabaría dando lugar al futuro Gamma. Lancia imaginó una solución eficaz, rápida y económica para desarrollar su nuevo vehículo de alta cilindrada: la idea era aprovechar los acuerdos de cooperación industrial y comercial que Fiat y Citroën habían firmado en octubre de 1968.

Dicha colaboración fructificaba en julio de 1970 con la creación de Pardevi SA (Participation et Développement Industriel), un holding controlado en un 49% por Fiat y en un 51% por Michelin. Estas dos empresas se hacían conjuntamente con una participación del 55% en Citroën, que entretanto había sufrido varios reveses tras la adquisición de Maserati. Cuando, en otoño de 1970, Sergio Camuffo recibía el visto bueno para el lanzamiento del Gamma, lo lógico era compartir los proyectos de la oficina de diseño de Citroën en Quai de Javel y la de Lancia en Borgo San Paolo.

De esta manera, el Lancia Gamma adoptaba algunos elementos de la nueva berlina Citroën CX que estaba siendo concebido en ese momento, en particular su revolucionario sistema de suspensión hidroneumática. Durante casi dos años, Sergio Camuffo, asistido por el ingeniero de chasis Romanini y el responsable de la transmisión Bertino, trabajaron en esta adaptación.

PARTIENDO DE UNA HOJA EN BLANCO

Todo parecía ir bien hasta que, en 1973, Michelin anunciaba su intención de vender su participación en Pardevi a Fiat, que se haría así con el control de Citroën. El gobierno francés respondía inmediatamente vetando el acuerdo, lo que significaba que todo tenía que empezar de cero, ya que el coche se había diseñado utilizando muchos sistemas de Citroën. Algunos de estos componentes iban a ser sustituidos por otros, procedentes principalmente del Beta, pero esto requería tiempo.

Las líneas generales de la carrocería eran confiadas a Pininfarina, cuyo brillante estilista, Leonardo Fioravanti, retomó el diseño de un prototipo anterior de Pininfarina, la «Berlina Aerodinamica» realizada en 1967 para BMC. El nuevo Gamma era presentado en el Salón del Automóvil de Ginebra en marzo de 1976, con ocasión del septuagésimo aniversario del fabricante, durante una conferencia organizada conjuntamente por Lancia y Pininfarina. Los visitantes se llevaron una sorpresa: junto a la berlina con trasera «Fastback» había un elegante coupé que Pininfarina había diseñado en secreto. Inicialmente, no se había previsto una producción en serie, pero la respuesta fue tan entusiasta que Fiat decidía incluirlo en su catálogo al año siguiente.

Bajo el capó del Lancia Gamma se alojaba un cuatro cilindros plano fabricado íntegramente en aluminio, disponible en dos versiones: una de 1.999 cm3 con 120 CV o una de 2.484 cm3 con 140 CV. Este brillante motor resultó ser frágil en términos de distribución y transmisión, pero estas preocupaciones fueron parcialmente resueltas con la 2ª serie FL2 (Face-Lift) lanzada en abril de 1980, que contaba con llantas de 15 pulgadas, una rejilla inspirada en la del Delta, inyección electrónica Bosch L-Jetronic (versión 2.500 IE) y una caja de cambios automática AP de 4 velocidades disponible como opción. A pesar de su nivel de acabado y prestaciones, sólo 22.081 unidades del Lancia Gamma fueron producidas entre 1976 y 1984, incluyendo 6.789 coupés.