Desde la creación de su primer modelo en 1948, Porsche siempre se ha esforzado por dotar a sus automóviles de un espíritu deportivo derivado directamente de la experiencia en competición. Así, en el momento de su debut en las 24 Horas de Le Mans, tres años más tarde, Porsche había incorporado perfectamente esta filosofía industrial al conjunto de su producción. Como explicaba Ferry Porsche en su autobiografía publicada en 1989, "siempre he estado convencido de que el deporte del motor es un auténtico precursor de la innovación...".
El Porsche 910, inscrito en la clase Sport-Prototipo y pilotado por Christian Poirot y Pierre Maublanc, terminaba 9º en la general de 1969 y vencía en la clase de 1.601 a 2.000 cm3. © IXO Collections SAS - Tous droits réservés. Crédits photo © Porsche / D.R.
La historia del fabricante bávaro está indisolublemente ligada a la de la carrera más famosa del mundo. Sin embargo, cuando Porsche inscribía uno de sus coches en las 24 Horas de Le Mans por primera vez en 1951, era todavía una marca pequeña que debutaba, ignorante del fabuloso destino que les depararía la prueba. Y efectivamente, tras esta primera experiencia en el circuito de Le Mans, no hubo un solo modelo de la gama Porsche que no participase al menos una vez en esta carrera tan exigente.
El 917 fue el modelo que convertiría a Porsche en una leyenda en Le Mans. Esta es la versión LH pilotada por Gérard Larrousse y Willy Khausen, que terminba 2º y ganaba el Energy Index. © IXO Collections SAS - Tous droits réservés. Crédits photo © Porsche / D.R.
Progreso constante
Fue en 1951 cuando Porsche hizo su primera aparición en la pista de Le Mans. La fábrica inscribió un único coche, que fue confiado a Auguste Veuillet, importador francés de la marca, y a Edmond Mouche. El resultado fue más que honroso, terminando 20º y ganando la categoría de 751 a 1.100 cm3. A partir de ese momento, siempre habría al menos un Porsche, de fábrica o privado, en la salida de este evento. La idea era que los clientes de Porsche viesen regularmente modelos de su marca favorita realizando impresionantes hazañas en el circuito. Y en Le Mans ningún cliente quedará decepcionado. Al fin y al cabo, las 24 Horas de Le Mans son un formidable laboratorio tecnológico que Porsche puede aprovechar a través de su Centro de Investigación y Desarrollo con sede en Weissach. En el transcurso de sus participaciones en la Sarthe, Porsche ha logrado regularmente posiciones de podio: Performance Index y Copa Bienal en 1955 (Type 550), 3º en la general en 1958 (Type 718 RSK), y 2º diez años más tarde (Type 907/8).
Repostaje en boxes para el Dauer-Porsche 962 LM del equipo Joest Racing, vencedor en 1994 con Mauro Baldi, Yannick Dalmas y Hurley Haywood. © IXO Collections SAS - Tous droits réservés. Crédits photo © Porsche / D.R.
El sabor de la victoria
La primera victoria era lograda en 1970 por Hans Herrmann y Richard Attwood al volante de un 917 L inscrito por Porsche System Engineering. Ese año, Porsche pondría fin a las cuatro victorias consecutivas de Ford, iniciadas en 1966. Tras un feroz duelo bajo una intensa lluvia, Porsche se llevaba con maestría la victoria, así como la vuelta más rápida de la carrera. Como en una señal del destino, era el propio Ferry Porsche el encargado de dar la salida de esta 38ª edición. En 1971, una auténtica armada bávara dominaba el paddock, con nada menos que treinta y tres Porsches inscritos. Ese año, el fabricante de Zuffenhausen consiguía un doblete con dos equipos diferentes: Martini Racing Team (Helmut Marko y Gijs Van Lennep venciendo con su 917 K) y John Wyer Automotive, que terminó segundo. Además de ganar la clasificación general, Porsche se llevó el Performance Index y pulverizó el récord de distancia con 5.335,313 km completados en veinticuatro horas. Un récord que no sería batido hasta 2010, ¡por Audi!
La 16ª victoria de Porsche en Le Mans llegaba en 1998 con Allan McNish, Laurent Aiello y Stéphane Ortelli al volante del 911 GT1-98 de fábrica. © IXO Collections SAS - Tous droits réservés. Crédits photo © Porsche / D.R.
La década prodigiosa
Tras las victorias de Matra de 1972 a 1974, Porsche se impondría en diez ediciones hasta 1987, primero con los Type 936 de Martini Racing en 1976 y 1977, y después en 1979 con el Type 935 K3 del equipo Kremer. Siguieron siete victorias consecutivas a partir de 1981, todas ellas gracias a las formidables máquinas de carreras diseñadas por el ingeniero Norbert Singer. Al igual que el Porsche 917, que fue el coche a batir a principios de la década de 1970, el 956 y el 962 C dominaron la década de 1980 en manos de pilotos experimentados como Jacky Ickx y Derek Bell, que consiguieron cuatro victorias Porsche cada uno, dos de ellas juntos (1981 y 1982). No fue hasta 1994 cuando Porsche disfrutaría de otro éxito, con el 962 GT-LM preparado por Dauer para Joest Racing en la categoría GT1. Este equipo privado, fundado por Reinhold Joest en 1978, proporcionó a la marca alemana otras dos victorias en 1996 y 1997 con los WSC-95 diseñados por Tom Walkinshaw. Al año siguiente, Porsche AG daría un giro radical con un 911 GT1, consiguiendo su 16ª victoria en Le Mans. Dieciséis años más tarde, el equipo Porsche destrozaba la larga supremacía de Audi con su nuevo 919 Hybrid en LMP1, copando las tres primeras posiciones de la clasificación. Una victoria que se repetiría con el mismo coche en los dos años siguientes.
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